La Cultura Organizacional y los Valores

La Cultura Organizacional y los Valores.

Para poder hablar de los valores de una organización es importantes que previamente definamos el término de cultura organizacional, ya que junto al propósito, la visión y la misión, forma parte de este concepto más grande que puede resultar ser un elemento diferenciador en la dinámica, desempeño y personalidad de las empresas.


La cultura es el conjunto de actitudes y comportamientos que definen las normas de convivencia dentro de una organización. Es el orden social que compuesto de las formas de actuar, pensar y sentir de las personas, determina las conductas que serán aceptadas y rechazadas dentro de la misma. A su vez la cultura resulta ser el eje transversal que conecta procesos que van desde las estrategias de comunicación, toma de decisiones, organización de los recursos, disposición a la hora de asumir riesgos, entre muchas otras variables.

 

Según la Guía para líderes sobre la cultura corporativa existen cuatro atributos de la cultura que la definen:


  • Es compartida: la cultura es un fenómeno grupal, no puede existir dentro de una sola persona ni es simplemente el promedio de las características individuales.

 

  • Es omnipresente: la cultura impregna múltiples niveles y se aplica muy ampliamente en una organización.

 

  • Es perdurable: la cultura puede regir los pensamientos y las acciones de los miembros del grupo en el largo plazo.

 

  • Es implícita: un aspecto importante de la cultura y que suele pasarse por alto es que, a pesar de su naturaleza subliminal, las personas están, en efecto, programadas para reconocerla y responder a ella instintivamente. 

 

Adicionalmente, se ha determinado que una cultura organizacional bien definida puede llegar a ser el elementos diferenciador que hace que muchas empresas atraigan, retengan y obtengan un alto rendimiento del mejor talento. Cuando está bien definida y se alinea con el propósito y los valores de la organización, la cultura, se convierte es una fuente de inspiración y energía que permite motivar y potenciar el rendimiento de la personas y se convierte en parte del salario emocional que complementa los beneficios económicos que se le ofrece a los trabajadores.

 

Ahora bien, habiendo definido que es la cultura organizacional, nos queda identificar que son los valores y qué rol juegan dentro de las empresas. Un concepto popular define valor como el grado de importancia de alguna cosa o acción. Como tales, los valores reflejan el sentido del bien y el mal de una persona o lo que «debería» ser. 

 

Por lo tanto dentro de la cultura organizacional los valores juegan un rol fundamental, ya que representan los elementos que son importantes en la empresa. Son los que definen la forma en que se quieren alcanzar los objetivos de la misma, determinando las conductas que desean reforzar o desestimar dentro de la empresa.

 

Para definir estos valores hace falta iniciar un proceso de reflexión promovido por la directiva y que ponga sobre la mesa todos aquellos puntos  que no son negociables y no deben perderse de vista dentro de la empresa. Este ejercicio se ha visto que tiene mayor impacto y perdurabilidad: uno, cuando se involucran en el proceso a los trabajadores, ya que son capaces de ver hacia dónde se dirige la empresa y lo que eso significa para ellos en el día a día; y dos, cuando los líderes son los primeros en predicar con el ejemplo.

 

Una vez definidos los valores es importante integrarlos en los procesos de la organización y evitar que queden relegados a ser palabras vacías que decoran las paredes del despacho. Cuatro acciones que pueden ponerse en práctica para fortalecer la cultura a través de la vivencia de los valores:

  1. Hacer co-partícipes a los trabajadores de la organización en la vivencia de la cultura, al sentirse parte del proceso serán capaces de vivir con más fuerza los valores y defender lo que significan.
  2. Reforzarlos mediante la comunicación interna de la empresa, premiar las conductas que se quieren reforzar y desestimar aquellas que van en contra de la cultura.
  3. Mantener la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, vivir los valores tal cual fueron definidos y ser ejemplo para el resto del equipo.
  4. Integrar estos valores a los procesos de  selección, contratación, evaluación y planes de desarrollo. De esta manera se estará reforzando constantemente la identidad de la empresa y como consecuencia la atracción y retención de talento que será acorde a la idiosincrasia de la organización.

 

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